Sabemos que muchas personas aún son reticentes a recurrir a terapia. El espacio terapéutico sirve para revisarnos, para que un otro nos guíe, quizás a través de preguntas, a encontrar la respuesta que ya está dentro de tu ser.
La que no te crees, la que dudas, la que necesitas reafirmar, la que nunca te imaginaste y que gracias a un proceso de apertura genuina, te atreves a visualizar, a nombrar y a tomar tu fuerza y valor para probar sentirla, hacerla o aplicarla.
Procesos de fertilidad, destete, dificultades con la maternidad en general, rechazo a los hij@s, dificultades en la pareja, no sentirte identificada en tu rol materno, querer ser la de antes, la crianza te resulta agotadora y desafiante, duelo, duelo gestacional o duelo de identidad.
¿Por qué hacer terapia es bueno?Hay una serie de beneficios que tiene la terapia en las personas que lo realizan.
Aquí enumeramos algunos:
- Salud mental. La terapia puede ayudarte a mejorar tu salud mental. Si estás experimentando ansiedad, depresión, estrés u otros problemas emocionales, la terapia puede brindarte herramientas y estrategias para hacerles frente de manera más efectiva.
- Autoconocimiento. La terapia te permite explorar y comprender mejor tus pensamientos, emociones, comportamientos y patrones de relación. Esto te ayuda a conocerte a ti mismo/a en un nivel más profundo, lo que a su vez te permite tomar decisiones más conscientes y saludables.
- Manejo de crisis. En momentos de crisis, como la pérdida de un ser querido, un trauma o una ruptura, la terapia puede ser un apoyo invaluable. Un terapeuta puede ayudarte a procesar tus emociones, encontrar formas de adaptarte y proporcionarte un espacio seguro para expresar tus sentimientos.
- Relaciones saludables. La terapia puede ayudarte a mejorar tus habilidades de comunicación, establecer límites saludables y desarrollar relaciones más satisfactorias. También puede ayudarte a identificar patrones tóxicos en tus relaciones y brindarte herramientas para cambiarlos.
- Crecimiento personal. La terapia no solo trata de resolver problemas, también puede ser una herramienta para el crecimiento personal. Puedes trabajar en el desarrollo de tu autoestima, confianza, habilidades de afrontamiento y resiliencia.